Pese a que se le denomina habitualmente funicular, este tipo de instalación no se ajusta totalmente a esa denominación y de hecho está catalogado como tranvía histórico de tracción eléctrica y no como funicular. Si bien ambos coches están conectados por un cable de acero, este cable es simplemente un cable de contrapesado que va guiado por poleas que se encuentran bajo el pavimento a lo lardo del trazado, y que utiliza una gran polea de reenvío ubicada en una sala de máquinas subterránea en la posición más elevada de la instalación, en la Calçada de Gloria. Es pues un híbrido entre un tranvía y un funicular, en el que la tracción proviene de cuatro motores eléctricos de 18 kW (dos en cada coche), que alimentados por catenaria, transmiten la potencia necesaria a las ruedas de los coches de modo que la tracción no proviene del cable de acero, como es el caso de los funiculares:
Esquema de funcionamiento de la instalación. Imagen adaptada de la original (Laurent Berne - remontees-mecaniques.net)
Dada la singular tipología de la instalación, en este artículo nos centraremos únicamente en los terminales de cables. Este tipo de terminales han sido históricamente de uso extendido en teleféricos y funiculares, y hoy en día, tal y como indica la norma EN 12927, se siguen renovando cada 4 años en el caso de los cables tractores, y cada 12 en los cables portadores y de tensión de varios teleféricos construidos en España. En el caso de los funiculares, este tipo de terminales han sido paulatinamente sustituidos por tambores de sujeción con mordazas como el que puede verse en la imagen que acompaña a este texto, correspondiente a un funicular construido en el año 2010.
Tambor de sujeción y mordazas de seguridad de cable tractor
Como puede observarse en las imágenes tomadas después del accidente, existen indicios claros de que el accidente se desencadenó debido a la rotura del cable de contrapesado que une los dos coches. La rotura se produjo a unos centímetros del terminal fundido superior del coche 1. Esta rotura provocó que este coche, que se encontraba comenzando su recorrido de bajada desde la estación superior, continuara su recorrido experimentando un aumento progresivo de su velocidad sin poder detenerse hasta que al llegar a la segunda curva de su trazado, ya en el el tramo final del recorrido, el vehículo descarriló e impactó contra un edificio.
Fotografías de detalle de rotura de hilos del cable. Fuente: Informe GPIAAF NºF_Inv20250903
La elaboración de estos terminales es un proceso que conlleva la fundición del material aportado a temperaturas de más de 300ºC y que debe ser realizado en condiciones controladas siguiendo protocolos definidos y aprobados con anterioridad. Los requisitos mínimos de seguridad aplicables están contenidos dentro de la norma EN 13411-4 y EN 12927. En las siguientes imágenes puede verse parte de la secuencia del proceso:
Liberación del terminal
Preparación de alambres
Fundido del material
Vertido del material
Una vez que se ha marcado y dejado enfriar el terminal el tiempo preceptivo, es posible ponerlo en tensión. Dado que el terminal fundido queda alojado dentro de su botella, la única forma de controlarlo sin desmontarlo, es mediante la colocación de un testigo que permite detectar un asentamiento anormal del terminal fundido. Este requisito viene fijado en la norma EN 12927 anteriormente mencionada, en el apartado 13.3.9.5 sobre Mediciones en la sujeción de extremidad.
Medición de distancia a brida de control
La posición relativa de este testigo con respecto al terminal fundido debe tomarse por primera vez antes de la puesta en tensión del terminal, después de la puesta en tensión debe realizase esta medición de forma diaria durante la primera semana y de forma semanal durante el mes siguiente, y de forma mensual hasta la renovación de los terminales cada 4 o 12 años en función de si se trata de cables tractores o portadores. Desde la puesta en tensión hasta el fin de la vida del terminal, deben realizarse estas mediciones y verificarse que su valor no excede de los indicados por el fabricante de los terminales. Este control es fundamental para poder diagnosticar de forma temprana fallos de fusión de los terminales. Del mismo modo, el marcado del cable en esa zona, permite comprobar periódicamente la existencia de desplazamiento de cordones y alambres.